La mañana comenzó con una conversación acerca de qué color pintar el santuario de la iglesia. Durante la conversación, una madre llamó para preguntar por su hijo, quien no había ido a la casa la noche anterior. Hacía poco que le habían dado de baja del ejército y estaba trabajando como guardián del templo. Ninguno de nosotros lo había visto, pero le dijimos que lo buscaríamos.

Mientras unos cuantos pastores y diáconos continuaban discutiendo sobre los pigmentos de la pintura, otros salieron a buscar por los armarios, las aulas de clases y los baños del gran edificio del templo.

Encontraron la chaqueta de Scott en el armario del conserje y la sacaron. De los bolsillos cayeron al suelo paquetes de jeringas. De repente, la búsqueda cobró un tono más serio. Poco tiempo después, uno de los pastores y el conserje irrumpieron en mi oficina «Llama a la policía —dijeron—. Lo encontramos en el piso de uno de los baños.»

La policía confirmó nuestras sospechas. Scott había estado muerto durante varias horas. Una sobredosis de heroína lo mató.
Yo había visto a Scott en el estacionamiento de la iglesia hablando con alguien en un auto negro muy sofisticado. ¿Acaso había sido testigo de un negocio de drogas? Si no me hubiera estado preocupando porque no me consideraran una chismosa, ¿podía haberle salvado la vida? Si hubiéramos estado más preocupados por la condición espiritual de Scott que por el color del santuario, ¿estaría vivo todavía?

En el Evangelio de Lucas leemos acerca de un encuentro que plantea preguntas similares. Después de comer la Pascua, los discípulos empezaron a discutir acerca de cuáles de ellos era el mayor (Lucas 22:24-30). Jesús detuvo la discusión explicando que la gran deza en el reino de los cielos se mide diferente que en cualquier otro lugar. Dios mide la grandeza, no por el hecho de que obtengamos de los demás lo que queremos o no, sino por lo bien que nos servimos unos a otros.

Siempre que recuerdo la muerte de Scott me hago esta pregunta: ¿qué preocupaciones egoístas o búsquedas triviales me impiden hacer la importante obra de Dios?  —JAL

Uma respuesta “Búsquedas triviales”

1. maripaz dice:

   29 Julio 2011 a las 11:36 AM

   GRACIAS PADRE SANTO POR QUE ME PERMITES SERVIRTE ME LLENAS DE PRIVILEJIOS CADA QUE HAGO ALGO PARA TU OBRA PUES TU ERES EL UNICO MERECEDOR DE GLORIA Y HONRRA NO PERMITAS QUE ALGUN DIA SEA MOTIVO DE VANAGLORIA EL OBEDECER TU PALABRA SI NO TODO LO CONTRARIO QUE SEA COMO HASTA HOY MOTIVO DE GOZO Y ALEGRIA EL PODER SERVIR A ALGUIEN EN NESECIDAD ….