Johan Sebastian Bach es el referente número uno para todos los compositores de música clásica, y uno de los más “grandes” para todos aquellos que les gusta la música. Su mujer dijo un día “El cielo no será el cielo si no se toca allí la música de Johan Sebastian”. Aún siendo tan admirado y querido, Bach fue siempre una persona normal en todo el sentido del término.

Durante veintisiete años tocaba y presentaba sus obras cada domingo en una de las Iglesias evangélicas de Leipzig, y la mayor grandeza que existía en su vida era prepararse para el Domingo siguiente.

Casi siempre ponía la frase “Ayúdame Jesús” al principio de sus partituras, y “Soli Deo Gloria” (Sólo a Dios sea la gloria) al final.

Puede que al verlo cada domingo tocando en la Iglesia, muchos pensasen que era una persona casi vulgar. Cuando leemos a los diversos historiadores que han escrito su biografía nos damos cuenta que era un buen padre de familia, buen amigo, buen creyente, una buena persona… Muchos dirían que era alguien sin ninguna relevancia…

Incluso nunca fue rico ni demasiado conocido: era alguien que intentó vivir haciendo el bien con todas las cosas que hacía, y lo consiguió. No se preocupó de los grandes proyectos o las primeras planas de los medios de comunicación. Simplemente quiso disfrutar de su trabajo, de su familia y de todo lo que le rodeaba, día a día. Así de sencillo.

La verdad es que ser grande no significa vivir a toda velocidad en una carrera sin sentido hacia la fama, el poder o el dinero: Tener sentido en la vida significa vivir disfrutando cada momento, siendo como uno es, quizás en muchas ocasiones siendo una persona de lo más normal. Por lo menos eso es lo que pueden llegar a pensar otros sobre lo que nosotros somos.

¿Sabes? La vida es el mayor regalo que recibimos. Ninguno de nosotros ha hecho nada para recibirlo, ni puede hacer nada para merecerlo. Lo único que podemos hacer es escoger qué hacemos con ese regalo.

Podemos llenar nuestra vida de carreras sin número para llegar a quién sabe dónde, o trabajos con afán para tener quién sabe lo qué, o luchas sin cuartel para ser respetados y admirados por quién sabe quién… o podemos sencillamente llenar cada momento de nuestra vida de la normalidad de hacer las cosas bien y disfrutar con lo que hacemos.

Llenar cada instante de sencillez, de palabras que ayuden, de pensamientos que merezcan la pena… Disfrutar de nuestro trabajo, de la familia, de los amigos, de lo que nos rodea cada día. Lo que sea llegará. Si merece la pena que muchos conozcan lo que estamos haciendo, lo conocerán sin ninguna duda. Pero ocurra lo que ocurra, que nadie nos quite la sensación y la tranquilidad de agradecer cada día a nuestro Creador ese gran regalo: La vida.

Jaime Fernández es escritor, músico y director del programa «Nacer de Novo» (TVG)

5 Respuestas a “Johan Sebastian, esa persona normal”

1. Jorge dice:

   5 Enero 2012 a las 9:29 AM

   El Regalo de Dios es la Vida y Eterna, la Biblia Nos Ensena que es lo que debemos hacer, pra vivir conformae a la Voluntad de Dios, Excelente Reflexion, pra vivir conforme a las cosas eternas, nada vale en este mundo sino tenemos a Cristo en nuestras vidas, felicitaciones y que Dios les siga usando en este fabuloso ministerio. Bnediciones
2. mariela dice:

   21 Mayo 2010 a las 9:10 AM

   Gracias por enseñarnos tan lindos devocionales no sabia de la vida de Johan Sebastian Bach en cuanto a su vida con Jesus y estoy de acuerdo conque ese regalo precioso que nos dio Dios como es la vida hay que saberla administrar pues pasan tantas cosas lindas satisfactorias pero que a veces nosotros queremos dañar nuestro bello regalo pensemos siempre en nuestro regalo pues los regalos se cuidan .
   Bendiciones de lo alto para ustedes mis hermanos que se estan preocupando por difundir la palabra de Dios y que nos lleva aprender mas y mas de el para que nuestras vidas sean mejores .
3. Luisa Cantú dice:

   20 Abril 2010 a las 4:43 PM

   Hola Jaime,
   estoy muy de acuerdo contigo en que el mejor regalo que tenemos es la vida, y veo que cada vez está más desvalorizado, no hay como encontrar la felicidad en la sencillez.
   Un abrazo fuerte!
4. Cipriano dice:

   28 Marzo 2010 a las 11:52 PM

   Yo también ha caído en el error de creer en la fama, en el poder y el dinero y todo eso es falso, lo dice el evangelio, la verdadero felicidad se encuentra en el anonimato, en el día a día,en saber que lo que tienes y lo que eres lo has recibido de Dios y darle gracias y alabarle.Querer ser famoso y tenerlo todo es inútil, primero porque no sabemos si te lo concederá Dios y si te lo concede no sabemos si serás feliz,yo particularmente creo que no, la vida hay que aprender a vivirla, ya que es un regalo y pasa por la paz y alegría en nuestro interior, que es donde debemos poner nuestro interes, y la Palabra de Dios es la mejor forma de cultivarlo.
5. Mila dice:

   11 Marzo 2010 a las 1:59 PM

   Es muy profundo este devocional. Muchas veces nos preocupamos mas por lo que tenemos que por lo que somos.Me ha llenado mucho. Bediciones a todos mis hermanos en este día y que Dios los guarde, afirme, perfeccione y fortalezca